En «El Mercado de la Fruta», entendemos que la calidad de nuestros tomates depende en gran medida de dos elementos esenciales: la tierra y el sol. Estos factores no solo proporcionan los nutrientes necesarios, sino que también influyen directamente en el sabor y la textura del tomate.

La Tierra: El Fundamento de un Buen Tomate

El suelo es crucial para el crecimiento saludable de los tomates. Un suelo bien preparado y rico en nutrientes garantiza plantas fuertes y productivas. Los tomates prosperan en suelos ligeramente ácidos (pH 6.0-6.8) y bien drenados, ricos en materia orgánica.

Minerales Esenciales:

  • Nitrógeno (N): Promueve el crecimiento vigoroso de las plantas y la producción de hojas verdes.
  • Fósforo (P): Es vital para el desarrollo de raíces fuertes y la floración.
  • Potasio (K): Ayuda en la formación de frutos y en la resistencia a enfermedades.
  • Calcio (Ca): Previene la pudrición apical, un problema común en los tomates.
  • Magnesio (Mg): Es esencial para la fotosíntesis y la formación de clorofila.

Para enriquecer el suelo, utilizamos compost orgánico y fertilizantes naturales, asegurando un equilibrio óptimo de estos minerales esenciales.

El Sol: La Energía Vital

El sol es la principal fuente de energía para los tomates, impulsando la fotosíntesis, el proceso mediante el cual las plantas convierten la luz solar en energía química para crecer. Los tomates requieren al menos 6-8 horas de luz solar directa al día para desarrollarse adecuadamente.

Invitamos a nuestros clientes a probar los tomates frescos de «El Mercado de la Fruta», cultivados con el equilibrio perfecto de tierra rica y sol abundante.