Saludable, sabrosa y tremendamente versátil, la berenjena además nos ofrece diferentes variedades con características diferentes a las que podemos sacar partido.
La berenjena que consideramos la hortaliza como tal es el fruto de la planta del mismo nombre, una baya carnosa de piel fina cuyo tamaño puede abarcar desde apenas cinco hasta más de treinta centímetros. Suele presentar un cuerpo alargado que suele engrosarse hacia el extremo inferior.
Propiedades Nutricionales:
Con una baja densidad energética, la berenjena aporta de media unas 20 calorías por cada 100 gramos de porción comestible. Esto es debido a que posee más de un 90% de agua por lo que es recomendable en las dietas de adelgazamiento o control de peso. Asimismo, es saciante debido a su aporte de fibra y apenas tiene grasa.
Cabe mencionar que ese mínimo contenido energético dependerá de la forma en que la cocinemos, al actuar como una especie de esponja que absorbe ingredientes y sabores, freírla o ingerirla con algún tipo de salsa podría multiplicar sus calorías. En cambio, hacerla al horno, vapor o a la plancha, son métodos más saludables ya que el aporte calórico es inferior.
Consejos para usarlas en la cocina:
Por lo general, todas las variedades de berenjena tienen un sabor muy apreciado, suave pero ligeramente amargo. Si quieres que ese amargor se reduzca un consejo es que hay que cortar las berenjenas lavadas según se vayan a usar en la receta, normalmente en rodajas, para dejarlas bien espolvoreadas con sal. La sal lo que hará será liberar el agua de la hortaliza arrastrando con ella parte de ese amargor. Este consejo también se puede aplicar a la hora de hacer berenjenas fritas, es decir, tras el reposo de una media hora solo hay que enjuagarlas y secarlas bien con papel de cocina, de esta manera, absorberán menos aceite.
A diferencia de otras hortalizas como el calabacín, la berenjena no es posible comerla cruda. El calor de la cocción elimina los alcaloides tóxicos naturalmente presentes que podrían causar problemas digestivos, por lo que hay que consumirla cocinada.
Las berenjenas son muy versátiles y admiten todo tipo de técnicas de cocina y además, maridan muy bien con infinidad de ingredientes. Se pueden rebozar, freír, guisar, brasear, cocinar a la parrilla, saltear, encurtir, escabechar, cocer al vapor, hervir, asar, rellenar, gratinar…
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