La mandarina es el cítrico más fácil de pelar y comer. Por eso, se suele comer entera de manera que se aprovechan todos los compuestos beneficiosos que se pierden en el zumo, como la fibra y la hesperidina, que se concentran en las membranas e hilos blancos de los gajos.

Sin embargo, las mandarinas son versátiles y ofrecen al cocinero la oportunidad de innovar en las elaboraciones de los platos. Además de los gajos, se puede aprovechar tanto la cáscara como el jugo, e incluso las hojas en infusión.

Vamos a comentar 5 ideas para emplear esta fruta en la cocina:

• Para una ensalada: podemos rallar la cáscara
• Para decorar postres: mediante la piel confitada, es decir, cortamos la piel en tiras muy finas y las cocemos en una mezcla de agua y azúcar
• Para aromatizar: dejamos la mandarina en aceite o vinagre
• El zumo de la mandarina: este jugo lo podemos usar como aliño para ensaladas, en gelatina o en la elaboración de salsas.

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